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Avimimus

Avimimus
Avimimus NombreAvimimus portentosus
TamañoPequeño
EraMesozoica
PeríodoCretácico
AlimentaciónOmnívoro
HábitatAsia
NaturalezaTerrestre

¿Qué es un Avimimus?

El Avimimus fue un dinosaurio terópodo ovirraptosaurio, que vivió en Asia, unos 70 millones de años atrás. Tenía marcadas características que lo relacionan con las aves que conocemos en la actualidad.

Se sabe que vivió en los mismos tiempos que los saurópodos y los ornitomímidos en las llanuras de Mongolia. Lo que se conoce de él es a partir de un esqueleto prácticamente completo de un terópodo, con un gran parecido al de un pájaro.

Su cráneo estaba bastante fragmentado, pero el resto de las piezas se encontraban en muy buen estado. Esto permitió observar que poseía un cuello delgado y largo, un cráneo corto con un pico sin dientes, que en sí era bastante grande.

Sus piernas eran largas y delgadas, lo que hace posible que fuese un corredor muy hábil, con piernas musculosas que le permitían correr a gran velocidad. Sus extremidades delanteras eran relativamente cortas y aún no se habían convertido en alas.

De todos modos estas poseían una complexión ligera, además de ostentar garras afiladas y curvas. A esto se suma el hecho de que pudiera cruzar sus brazos contra su cuerpo, tal como pueden hacer las aves con sus propias alas.

Lo que lo diferenciaba de los pájaros era que poseía una cola larga y huesuda. Como es usual con los oviraptores, poseía plumas. Su ilion estaba en posición horizontal, lo que fue el basamento de sus caderas bastante anchas.

Hallazgo del Avimimus

El paleontólogo Sergei Kurzanov fue quien lo descubrió y lo describió en 1981. Inicialmente se refirió a este como un hallazgo de la Formación Djadokta.

En 2006 en la descripción de un nuevo espécimen, Watabe y un grupo de colaboradores determinaron que había cometido un error respecto a estos fósiles. Es posible que el Avimimus se originara en la Formación Nemeqt, basados en el hecho de que el esqueleto no tenía una cola.

Esto hizo que Kurzanov asumiera que no la poseía. No obstante, las vértebras dieron cuenta de todo lo contrario.

Otro ejemplar de Avimimus fue hallado en 1996 y fue descripto por Watabe en el 2000. También identificaron unas pequeñas huellas de terópodos cerca del sitio, que podrían ser del Avimimus.

Otro hallazgo importante fue el de un lecho de huesos, descubierto en 2008 por un equipo de paleontólogos mongoles, canadienses y estadounidenses, bajo la dirección de Philip Currie. Se encontraba en la Formación Nemeqt a unos 10,5 metros sobre la Formación Barun Goyot en el desierto de Gobi.

Allí dieron con los restos fósiles de al menos 10 Avimimus. Aunque se cree que en el sitio posiblemente habían más. Se trataba de ejemplares adultos o subadultos, con poca variación corporal. Esto indicaría que era sociable y que vivía en grupos pequeños.

Avimimus

¿Qué significa Avimimus?

El nombre Avimimus proviene de los términos latinos avis que quiere decir pájaro y mimus que se traduce como imitar. El epíteto portentosus quiere decir inusual. Por lo tanto su nombre se traduce como imitador de aves fuera de lo común.

La familia Oviraptosauria

El Avimimus integra a los Oviraptosauria, dentro de los terópodos. El nombre de este grupo significa lagartos que roban huevos, y reunían características tanto aviares como maniraptóridas.

Provenían de un linaje desaparecido de celurosáuridos del Cretácico, que vivieron en Asia y en América del Norte. Tenían un aspecto fuera de lo común y características muy parecidas a las aves. Esto lo convirtió en un tema que despertó mucho interés en la comunidad científica, cuando fue descubierto por un equipo del Museo Americano de Historia Natural, en una expedición a Asia Central, a principios del siglo XX.

Hubo hallazgos posteriores que mejoraron aún más el conocimiento de este grupo, ya que revelaron el origen de las aves que conocemos en la actualidad. También arrojaron una nueva comprensión sobre los rasgos especiales que las distinguen entre los vertebrados vivos, como la capacidad de volar.

El parecido entre los oviraptores y las aves modernas incluyen características tan particulares como la falta de dientes, la neumatización de su estructura, la ornamentación del cráneo, una articulación de la mandíbula deslizante fuera de lo común, la reducción de vértebras caudales que conformaron un pigóstilo, plumas similares a las modernas y la misma reproducción.

Mayormente incluían animales pequeños que no superaban los 3 metros de longitud. El más grande de todos fue el Gigantoraptor que tuvo un largo excepcional de 8 metros, con un volumen de hasta 1,5 toneladas.

Los primeros oviraptóridos aparecieron a finales del Cretácico, y se piensa que eran mayormente omnívoros. Poseían un cráneo con una estructura particular, hocicos cortos y dientes en lo profundo de su boca.

Ejemplares como el Rinchenia, el Citipati y el Oviraptor disponían de una cresta córnea en la parte superior de su cráneo, parecido al de los casuarios que existen el día de hoy. Carecían de piezas dentales en su mandíbula, lo que hace un poco difícil entender del todo sus hábitos alimenticios. Aunque por lo general se considera que eran omnívoros.

Dicha afirmación se basa en el hecho de que se halló un lagarto en el estómago de un Oviraptor y dos cráneos de bebés Troodon en un Citipati.

Los Oviraptosauria poseían plumas delgadas, considerando la evidencia fósil que se detectó en ejemplares como el Cauidipteryx. También poseían un pigóstilo o rabadilla que es posible ver en algunas aves y terópodos, en lugar de una cola larga y huesuda.

Características del Avimimus

Afortunadamente se cuenta con un buen registro fósil del Avimimus. Su parecido con las aves ha permitido conocer más sobre la evolución que han experimentado diversas especies en nuestro planeta. Sigue leyendo para saber sobre este ejemplar.

Clasificación

Desde sus inicios se sugirió que este dinosaurio podría ser un pariente cercano a las aves, debido a características que no se había detectado en otros ejemplares hasta ese día. Kurzanov afirmó que el Avimimus sería en realidad el antepasado más directo de los pájaros y no el Archeopteryx.

Pero esta hipótesis no obtuvo el apoyo necesario de los análisis taxonómicos que se hicieron después. Los especialistas por lo general piensan que formaba parte de ejemplares primitivos, que eran los Oviraptosauria.

Finalmente en 1981 Kurzanov colocó al Avimimus en su propia familia llamada Avimimidae. Sankar en 1991 creó el orden Avimimiformes para ubicar en este al Avimimus. No obstante, ninguno de estos nombres es usado hoy por los paleontólogos.

La mayoría concuerda en que el Avimimus figura mejor entre los Oviraptoridea, dentro de los Elmisaurinae.

Avimimus Cráneo

Hábitat

El sitio en dónde dieron con los restos del Avimimus, era diferente en los momentos en que esta especie existió. Los dedos largos con garras en las piernas en el Avimimus son indicativo de que vivió en una región húmeda, pantanosa y boscosa.

La evidencia también indica que vivió en bandadas. Los animales gregarios de hecho suelen reunirse en torno al agua, como en los estanques.

Alimentación

El Avimimus ha sido clasificado sucesivamente como herbívoro, insectívoro y omnívoro. Los investigadores no han podido deducir mucho sobre su alimentación en base a los restos fósiles.

Lo han hecho a partir de lo que conocen de otros registros de Oviraptosaurus hallados en Mongolia, que también se parecían bastante a las aves. Por eso se piensa que sería consistente que tuviera una alimentación omnívora.

Poseía un pico sin dientes que le habría servido para ingerir distintas clases de alimentos. Kurzanov, cuando lo describió por primera vez, especuló con que la parte superior de su pico disponía de un borde dentado, lo que abría la posibilidad de que comiese insectos.

Este también habría servido para desgarrar la vegetación. Aunque también se considera la posibilidad de que robara huevos de otros animales. Por algo se lo considera dentro del grupo de los ladrones de huevos.

Movimiento

Con una estructura comparable a la del correcaminos moderno, es prácticamente seguro que el Avimimus podía correr rápido y por un tiempo prolongado. Sus patas eran muy largas y delgadas.

Las proporciones de los huesos del muslo también son indicativas de que era veloz. Los esqueletos muestran que los huesos de la espinilla eran proporcionalmente más largos que los muslos, lo que es igual a las aves corredoras modernas, que van a mucha velocidad gran parte del tiempo.

Se hallaron también cicatrices musculares en los huesos de sus piernas, que eran indicativas de que era un corredor especializado. Se estima que podía alcanzar hasta los 69 kilómetros por hora de velocidad.

Avimimus Esqueleto

Sobre su vuelo

Kurzanov especuló con la posibilidad de que el Avimimus pudiese desplegar un vuelo débil. Esto era porque no se había dado con plumas en otros especímenes, aunque sí con sus protuberancias.

Los huesos de su mano estaban fusionados como los de los pájaros modernos, e interpretó que una cresta en el hueso del antebrazo disponía de plumas adheridas. De la misma forma, indicó que las articulaciones de los esqueletos eran como las de las aves.

Sin embargo otras evidencias indicaban que las alas eran cortas como para mantener el vuelo. Por eso lo llamó terópodo bípedo cursorial y comparó su capacidad de volar con la de un pollo. Habría empleado sólo un vuelo débil ocasional para cazar o huir del peligro.

De todos modos los paleontólogos actualmente no creen que pudiese volar de ninguna forma, incluso si sus características morfológicas parecieran indicar que estaba adaptado para planear hasta llegar al suelo.

Sobre sus plumas y cola

Aunque los especialistas desacuerdan con Kurzanov respecto al vuelo, todos creen que sí poseía plumas. Es posible que los protegieran de los cambios de temperaturas, que les sirvieran para exhibirse en el rito de apareamiento, o ambas.

No obstante se demostró que si poseía una cola. En la primera descripción no había evidencia de esto, pero en las investigaciones posteriores, se comprobó que poseía una de reducida longitud.

¿Cuándo se extinguió el Avimimus?

Los estratos en los que se hallaron los restos del Avimimus fueron datados entre los 85 y los 70 millones de años atrás de antigüedad. Esto lo ubica en una etapa avanzada del período Cretácico.