Dinosaurios voladores
La mayoría de las imágenes populares que tenemos sobre la prehistoria incluyen a los que se consideran como dinosaurios voladores. Sin embargo eran animales que pertenecían al clado Pterosauria y tenían sus propias características.
Curiosamente fueron los primeros vertebrados que desarrollaron la capacidad de volar, pero no fueron los ancestros de las aves. No obstante dejaron al día de hoy registros fósiles muy interesantes.
¿Qué eran los dinosaurios voladores?
El nombre Pterosaurio fue propuesto por el naturalista francés George Cuvier en 1809 en base al griego Pterodactyle. Se compone de pteron que significa ala y daktylos que quiere decir dedo. Esto describe sus características fundamentales en las que hay dedos que forman parte de un ala o que se han fusionado con estas.
Estos animales existieron desde finales del Triásico hasta finales del Cretácico. Sus alas estaban formadas por una membrana de piel que se extendía desde el tórax hasta un anular que era particularmente fuerte y alargado.
Las primeras especies poseían mandíbulas largas con dientes completos y colas largas. Las que vinieron después poseían colas más cortas e incluso algunas no tenían dientes.
La evidencia fósil
Los primeros fósiles fueron descubiertos en 1784 por el naturalista italiano Cosimo Collini. En un principio se pensaba que eran animales acuáticos, no se los veía como voladores. Esto cambió en el siglo XIX cuando el naturalista Georges Cuvier planteó la idea de que volaban.
Se han encontrado al menos 60 géneros de pterosaurios, cuyo tamaño oscila entre el de un pájaro hasta un ancho de más de 10 metros. El primer espécimen fue hallado en piedra caliza de Solnhofen del Jurásico. Desde entonces se ha dado con veintinueve tipos de pterosaurio.
Actualmente la gran mayoría de los paleontólogos asegura que estaban adaptados al vuelo activo. Sus ajustes no eran sólo para deslizarse como se creía en otros tiempos.
Desafortunadamente sus fósiles no se conservaron bien. Tenían huesos ahuecados y fueron aplanados por los sedimentos. Los que mejor se han conservado se encuentran en Araripe, en Brasil, en 1974.
En este caso sucedió algo diferente. De alguna forma los sedimentos en lugar de presionarlos los encapsularon. De esta forma se constituyeron fósiles tridimensionales que permitieron que los paleontólogos los pudieran estudiar en profundidad.
Anatomía de los dinosaurios voladores
Los pterosaurios desarrollaron adaptaciones profundas en comparación a sus ancestros reptilianos para cubrir los requisitos del vuelo. Sus alas estaban compuestas por membranas de piel y también por otros tejidos como una variedad de fibras levemente espaciadas.
Todas estas se unían a un cuarto dedo en cada brazo que era particularmente largo y fuerte. De este modo se extendían a lo largo de los lados de su cuerpo. Un nuevo hueso llamado pteroide se conectaba con la muñeca y fortalecía el agarre de la membrana, entre la muñeca y el hombro.
Esto le habría permitido moverse hacia adelante con la finalidad de extender esta membrana, aunque sobre esto aún no hay un acuerdo en la comunidad científica.
En los pterosaurios de las últimas etapas la columna vertebral sobre los hombros se fusionó en una estructura conocida como notario. Esto le sirvió para endurecer el torso en la maniobra de vuelo y proveer a la escápula de un soporte estable.
Las cavidades de la cadera en los pterosaurios se orientaban levemente hacia arriba. La cabeza del fémur en cambio se dirigía hacia adentro. Esto propone que tenían una postura semi-erguida. Es posible que pudieran levantar el muslo hasta una posición horizontal mientras volaban.
Los paleontólogos han discutido respecto a si las alas se unían a las patas traseras. Esto es lo que se podía ver en fósiles de un rhamphorhynchoid Sordes, un pterodactyloid y un anurognathid Jeholopterus, todos hallados en la formación de Santana, un importante sitio paleontológico en Estados Unidos.
No obstante, los murciélagos modernos y las ardillas voladoras ofrecen una variación considerable de la extensión de sus membranas. Por lo que es posible que esto fuese una característica que variaría con diversas especies.
Los huesos de pterosaurios eran huecos y estaban llenos de aire, de la misma forma en que sucede con las aves que conocemos hoy. Tenían un esternón con quilla que se desarrolló para unir los músculos de vuelo. Su cerebro estaba más desarrollado que el de los dinosaurios de tamaños similares.
Pelo
No hay evidencia de que estos mal llamados dinosaurios voladores tuvieran plumas. Pero se sabe que eran únicos entre los reptiles, ya que solían tener pelo. Era similar pero no es homólogo al de los mamíferos.
En realidad era una forma de escama fibrosa extremadamente delgada. En algunos casos las fibras de la membrana del ala se han confundido con pelo.
En algunos fósiles como el Sordes pilosus (o demonio peludo) hay inconfundibles huellas de cabello en la cabeza y el cuerpo, que no eran muy diferentes a los murciélagos modernos.
Esta presencia de pelo implica que los pterosaurios eran endotérmicos. Es decir, de sangre caliente.
Forma de locomoción
En el pasado se discutió asiduamente si los pterosaurios se movían en el suelo como cuadrúpedos o bípedos. Pero la información ahora apunta a los descubrimientos de huellas de pterosaurios, con la pata trasera distintiva de cuatro dedos y una pata delantera de tres dedos. Estas dan cuenta de que sin dudas de que se desplazaban sobre sus cuatro extremidades.
De todos modos tampoco van al extremo de afirmar que todos eran cuadrúpedos todo el tiempo.
Algunos sugieren que los pterosaurios más pequeños con patas traseras como el Dimorphodon podrían haber caminado como bípedos, además de volar. Otros pequeños pterosaurios como Rhamphorhynchus también podrían correr sobre sus extremidades.
En general se piensa que los pterosaurios más grandes que tenían patas traseras proporcionalmente pequeñas y cuerpos delanteros masivos, se movían a cuatro patas mientras estaban en el suelo.
El comportamiento de los dinosaurios voladores
Hubo un hallazgo en las canteras Liaoning en el que se dio con un huevo. Era el mismo lugar en dónde se hallaron dinosaurios emplumados. El huevo estaba aplastado sin signos de agrietamiento.
Esto es evidencia de que los huevos tenían cáscaras coriáceas. Las membranas estaban inusualmente bien desarrolladas para una cría de un huevo. Esto sugiere que los pterosaurios estaban listos para volar poco después del nacimiento. No se sabe si era cuidado por uno de sus progenitores.
Se han hallado animales muy jóvenes en los lechos de piedra caliza de Solnhofen, que se presume que volaron al centro de una laguna, cayeron y se ahogaron.
Un estudio hecho sobre el cerebro de estos animales, reveló aspectos importantes de sus hábitos. Esto no fue fácil ya que sus cráneos son muy delicados. Pero Lawrence Witmer de la Universidad de Ohio en Atenas y sus colegas realizaron tomografías computarizadas de rayos X. Esto les permitió reconstruir imágenes en 3D de los cerebros de dos especies.
Llegaron a la conclusión de que especímenes como Anhanguera santanae y Rhamphorhynchus muensteri tenían flóculos masivos. Se trata de la parte del cerebro que reúne las informaciones que envían las articulaciones, los músculos, la piel y los órganos del equilibrio.
Los flóculos en los pterosaurios ocuparon casi el 8% de la masa en el cerebro total de los animales, lo que es más que los otros vertebrados. Las aves tienen flóculos particularmente grandes si se las compara con otros seres vivientes. Pero este ocupa sólo entre el 1 y el 2% de la masa cerebral.
El floculo envía señales neuronales que originan diminutos movimientos inmediatos en los músculos del ojo. Se encargan de mantener la estabilidad de la imagen en la retina. Los pterosaurios probablemente lo tenían grande debido al tamaño de sus alas. Esta área adicional implicaba que había mucha más información sensorial que analizar.
Se sabe que eran atacados por espinosaurios. La prueba de esto la proporcionó el paleontólogo Eric Buffetaut analizó en 2004 un fósil del Cretácico temprano de tres vértebras cervicales que tenían incrustado un diente roto de espinosaurio.
Cómo evolucionaron y se extinguieron
Debido a que la anatomía de los pterosaurios sufrió profundas modificaciones para el vuelo y no se han descripto predecesores o eslabones perdidos, no hay un camino claro sobre su ascendencia.
Una posibilidad no aceptada por todos es que estuvieran relacionados con los dinosaurios, si se tiene en cuenta la base de la estructura de su tobillo.
Se piensa que estos dinosaurios voladores evolucionaron el vuelo de forma diferente lejos de la necesidad del descenso sobre los árboles. A diferencia de las aves que conocemos hoy no demostraron adaptaciones útiles para la vida en los árboles.
Esto implica un escenario en el que se desarrollaron a partir de ancestros terrestres de patas largas como Sharovipteryx o Scleromochlus, que tenían redes de pieles de largas patas traseras, hasta sus cuerpos y colas.
Así se propone que tuvo una evolución del vuelo desde cero o incluso una ruta que evolucionó deslizándose desde lo alto de los acantilados.
Una teoría sobre su desaparición afirma que debieron competir con las primeras aves, lo que provocó su extinción. A fines del Cretácico solo sobrevivieron especies grandes de pterosaurios. Las especies pequeñas desaparecieron y fueron reemplazadas por los pájaros.
Pero otras hipótesis sostienen que la mayoría estaban especializados en un estilo de vida oceánico. Cuando se presentó la extinción KT esto perjudicó su fuente de alimentación. En este caso la falta de los especímenes más pequeños podría explicarse por la fragilidad de sus esqueletos.
Taxonomía
Durante mucho tiempo no se pudo clasificar apropiadamente a los pterosaurios debido a las limitaciones del registro fósil. Sin embargo hubo numerosos descubrimientos que llenaron muchos de estos vacíos, ofreciendo una mejor imagen sobre la evolución de los pterosaurios. Se los considera organizados en los siguientes subórdenes.
Rhamphorhynchoidea
Es un grupo de pterosaurios basales tempranos que tenían colas largas y metacarpianos de alas cortas. Poseían tamaño pequeño y sus dedos estaban adaptados para trepar. Vivieron entre finales del Triásico y finales del Jurásico.
Pterodactyloidea
Fueron los pterosaurios más derivados y avanzados. Tenían colas cortas y metacarpianos de alas largas. Aparecieron en el Jurásico medio y duraron hasta el evento de extinción Cretácico-Terciario, que les puso fin.
Géneros conocidos
- Dsungaripteros: medían 3 metros de ancho, tenían una cresta ósea inusual a lo largo de su hocico y mandíbulas largas, estrechas y curvas con una punta puntiaguda. Vivió durante el Cretácico temprano.
- Pteranodon: tenía 1,8 metros de largo y un ancho de 7,5 metros. Perteneció al Cretácico Tardío.
- Pterodáctylus: medía de 50 a 75 centímetros de la punta de un ala a la otra. Habitó el Jurásico tardío en las orillas de los lagos.
- Pterodaustro: se trataba de un pterosaurio del Cretácico que vivió en América del Sur. Su envergadura era de 1,33 metros y poseía 500 dientes altos y estrechos que se piensa que usaba para filtrar su comida. Debido a su dieta es posible que tuviera una tonalidad rosada en la piel.
- Quetzalcoatlus: medía 12 metros de envergadura y pesaba hasta 50 kilos. Vivió durante el Cretácico inferior.
- Rhamphorhynchus: poseía una veleta al final de la cola que posiblemente le servía para estabilizar el vuelo.