Los seres vivos son organismos formados por células las cuales son las unidades fundamentales de la vida. Estos organismos pueden ser unicelulares, como las bacterias y las levaduras, y pluricelulares, como un águila y un abeto.
Se puede decir que el conjunto de los seres vivos está constituido por una multitud de seres dispares y que, aparentemente, no tienen más relación entre ellos que el hecho de estar formados por células. Sin embargo, esto no es así ya que todos ellos, desde un paramecio o una ameba hasta un oso o un rosal, tienen en común algo que les viene asociado al hecho de estar formados por células y que les caracteriza: las funciones vitales.
En la Tierra hay más de ocho millones de especies de seres vivos y todos realizan estas funciones, aunque lo hagan de maneras muy variadas y adaptadas a sus propias estructuras y ecosistemas.
¿Qué son las funciones de los seres vivos?
Las funciones vitales son aquellas que permiten a los seres vivos mantenerse con vida, desarrollarse y adaptarse al medio en el que viven.
Estas funciones son tres y, a grandes rasgos, se pueden definir de la siguiente forma:
Función de nutrición que consiste en adquirir los nutrientes y la energía necesarios para crecer, desarrollarse y mantenerse con vida.
Función de relación que consiste en la interacción con el medio (interno o externo) para recibir información y dar la respuesta oportuna en cada momento ajustándose, en la medida de lo posible, a las circunstancias.
Función de reproducción que consiste en generar organismos semejantes para continuar con la existencia de la especie a la que se pertenece.
Todas y cada una de las células que conforman a los seres vivos realizan estas tres funciones y, por lo tanto, dichos organismos también.
En los siguientes apartados se irán explicando cada una de las tres con mayor profundidad.
¿En qué consiste la función de nutrición?
La nutrición es el conjunto de procesos mediante los cuales los organismos adquieren la materia y la energía necesarias para mantenerse vivos y desarrollar las distintas actividades vitales que dependen del momento del ciclo vital, del tipo de ser vivo y de las circunstancias de cada uno.
Esta función está compuesta por cuatro procesos:
LA ALIMENTACIÓN:
Su finalidad es que los organismos adquieran nutrientes. Según el tipo de organismo este proceso se lleva a cabo de una forma u otra:
Los seres vivos autótrofos son capaces de crear materia orgánica gracias a la materia inorgánica, es decir, fabrican su propio alimento a través de uno de estos procesos:
La fotosíntesis: los organismos cogen del exterior el agua, las sales minerales y el dióxido de carbono para generar, con la ayuda de la luz solar, sus propios nutrientes.
Este es el caso de las plantas, las algas y algunas bacterias.
La quimiosíntesis: los organismos utilizan la energía de las reacciones químicas inorgánicas de oxidación y reducción de la materia inorgánica para generar materia orgánica, es decir, emplean las moléculas químicas de la materia inorgánica para crear sus propias moléculas orgánicas. Para ello, no precisan de la luz solar, como les sucede en el caso anterior.
Solo ciertas bacterias son capaces de llevar a cabo este tipo de alimentación.
NOTA: estas ilustraciones son recreaciones de las bacterias no idénticas.
Los seres vivos heterótrofos toman la materia orgánica de otros seres vivos (no son capaces de crear la suya propia). Este es el caso de los animales, los hongos y algunas bacterias. En el caso de estos seres vivos, la obtención de los alimentos es muy variada:
Herbívoros: se alimentan de vegetales.
Carnívoros: se alimentan de animales.
Omnívoros: se alimentan tanto de vegetales como de animales.
Descomponedores: se alimentan de materia orgánica que ya está en descomposición.
Parásitos: se alimentan de otros seres vivos, pero no llegan a matarlos.
La alimentación de estos seres vivos se lleva a cabo en tres pasos:
La digestión: ingesta de alimentos y descomposición en sustancias más simples hasta llegar a ser nutrientes.
La absorción y metabolización: incorporación de esos nutrientes en el organismo para usarlos químicamente y transformarlos en propios.
La excreción: expulsión al exterior de los productos que no han sido absorbidos por el organismo.
LA RESPIRACIÓN:
Su finalidad es la obtención de oxígeno, elemento que es imprescindible para que las células puedan llevar a cabo los procesos necesarios para su supervivencia y desarrollo. Además, a través de este proceso se expulsan sustancias de desecho que no son óptimas para los organismos y que se generan en la realización de las distintas actividades vitales; por ejemplo: dióxido de carbono.
La respiración tiene dos fases:
La incorporación del aire al organismo.
La expulsión del aire sin oxígeno y cargado de sustancias de desecho.
En la siguiente imagen, encontramos el ejemplo de un sistema respiratorio animal:
LA CIRCULACIÓN:
Su finalidad es hacer llegar los nutrientes, los gases, las sustancias de desecho y demás a todas las zonas de los organismos.
En el caso de los seres unicelulares, el intercambio de sustancias y su distribución es mucho más sencilla, pero en el caso de los seres pluricelulares es algo más compleja porque han de llegar a los lugares donde son necesarios y de manera que no se quede sin nutrir ninguno de ellos; además de hacer llegar las sustancias nocivas hacia las zonas encargadas de su expulsión.
Como se puede ver en las imágenes no todos los seres vivos tienen aparato circulatorio. De hecho, hay animales que no lo tienen, como es el caso de las esponjas y las medusas. En este caso, la circulación de nutrientes se lleva a cabo a través de otros mecanismos; por ejemplo: una mayor ramificación del intestino.
LA EXCRECIÓN:
A lo largo de los otros tres procesos, se ha hablado de la necesidad de expulsar al exterior las sustancias nocivas para los organismos que, según el tipo de ser vivo del que se esté hablando, serán unos u otros; por ejemplo: en el caso de los animales se expulsa CO2 al respirar, los restos de los nutrientes que no han sido absorbidos por el cuerpo en la digestión gracias a la acción de los intestinos y los residuos que tiene la sangre filtrados por los riñones a través de la vejiga.
Otro caso que contrasta con los anteriores son las plantas. Estas generan muy pocos residuos, pero los que tienen son almacenados en las hojas las cuales al caerse libran al organismo de los desechos nocivos.
En el siguiente esquema, se puede tener un resumen de los procesos que componen la nutrición:
¿En qué consiste la función de relación?
La función de relación consiste en la capacidad que tienen los seres vivos para percibir estímulos internos o externos y darles una respuesta ajustada a las circunstancias con el fin de sobrevivir y/o mantenerse en un estado óptimo.
En cuanto a los estímulos internos, nos referimos a las demandas que hacen los propios organismos sobre lo que les está sucediendo: están secos, necesitan protegerse del frío o del calor, tienen alguna dolencia o falta de nutrientes… Así la zona en cuestión da señales y el resto del organismo o las partes necesarias actúan en consecuencia; por ejemplo: cuando una planta necesita más agua para realizar la fotosíntesis, sus raíces se extienden más en busca de hidratación.
En cuanto a los estímulos externos, la única diferencia es que la respuesta que hay que dar debe ajustarse a una situación generada fuera del organismo. De esta forma, hay que tener en cuenta diversas circunstancias del contexto. Un ejemplo de una respuesta a un estímulo externo es cuando un conejo ve aproximarse a un zorro: el herbívoro (el conejo) saldrá corriendo para evitar al carnívoro (zorro).
Es importante saber que las respuestas que los individuos dan ante estímulos ambientales o externos pueden ser rápidas (interviene el sistema nervioso) y lentas (interviene el sistema hormonal). Además, en el caso de las plantas, al no tener sistema nervioso, actúan a través de lo que se conoce como tropismos que, en general, consisten en movimientos de crecimiento de alguna/s parte/s (raíz, tallo y/u hojas). Un ejemplo es el que se ha planteado al hablar de los estímulos.
¿En qué consiste la función de reproducción?
La reproducción es la función que se refiere a la perpetuación de la especie, pues trata de cómo los organismos dan lugar a otros nuevos organismos semejantes a sí mismos. Si no existiera esta función, las especies se hubiesen extinguido y la vida no hubiese continuado en el planeta.
Existen dos grandes tipos de reproducción entre los seres vivos:
REPRODUCCIÓN ASEXUAL:
En este tipo de reproducción solo interviene un individuo y se generan clones por lo que es más compleja la existencia de variaciones genéticas.
Para llevar a cabo este proceso, hay diversas formas, entre las cuales destacan las siguientes:
Bipartición: una célula se divide en dos para dar lugar a dos descendientes. Algunos ejemplos serían las algas unicelulares y los protozoos.
Gemación: al progenitor le sale un abultamiento, llamado yema, la cual se acaba desprendiendo del organismo para dar lugar a un nuevo individuo con la información genética de su predecesor. Algunos ejemplos serían las esponjas de mar, los corales, las fresas y los tulipanes.
Fragmentación: un organismo se divide o fracciona de manera que de cada fragmento se da lugar a un individuo completo al regenerarse. Algunos ejemplos serían la estrella de mar, las lombrices de tierra, la vid y el manzano.
REPRODUCCIÓN SEXUAL:
En este tipo de reproducción tienen que intervenir dos individuos de distinto sexo: uno femenino y otro masculino. Cada uno de ellos aporta un gameto y ambos se unen de forma interna (las células masculinas deben entrar en el cuerpo de la hembra para encontrarse con las células femeninas) o externa (ambas células se unen fuera de los cuerpos de los individuos en un proceso que se llama fecundación).
Según la forma de reproducción, los seres vivos pueden clasificarse de tres maneras:
Vivíparos: son aquellos seres vivos cuya fecundación y desarrollo del nuevo individuo se produce en el interior del vientre materno; por ejemplo: los delfines y los elefantes.
Ovíparos: son aquellos seres vivos que se forman dentro de un huevo y en el exterior de sus progenitores; por ejemplo: las tortugas y las golondrinas.
Ovovivíparos: son aquellos seres vivos que se forman dentro de huevos (como los ovíparos), pero en el interior del cuerpo de las hembras (como los vivíparos); por ejemplo: las rayas marinas y las anacondas.
EXCEPCIONES:
Algunas especies son capaces de llevar a cabo los dos tipos de reproducción según las circunstancias y el momento de desarrollo en el que se encuentran. Esto sucede, por ejemplo, con las medusas, que cuando son pólipos tienen reproducción asexual y sexual cuando maduran.
También existen individuos capaces de generar gametos femeninos y masculinos, pero no pueden autofecundarse. Así, precisa de todas formas la intervención de dos individuos. Este es el caso, por ejemplo, de los caracoles.
Finalmente, incluimos unas cuantas actividades para practicar.
