Íberos
La historia de la península ibérica está marcada por la presencia de diversos pueblos y culturas, pero, entre todos ellos, destaca uno por su singularidad y legado: los íberos. La cultura de los íberos, una civilización pre-romana que se desarrolló entre el siglo VII y el siglo I a.C., nos presenta un fascinante mosaico de costumbres, rituales, arte y organización social que hablan de un pueblo con una identidad fuerte y distintiva. En los siguientes apartados, profundizaremos en las características de los íberos, desde sus orígenes hasta su desaparición, pasando por su arte, su economía, sus creencias y su interacción con otras culturas.
Introducción a los íberos
Orígenes y etimología del término «íbero»
Origen de la civilización íbera:
Determinar
exactamente quiénes eran los íberos y de dónde venían no es tarea fácil. El hecho de no tener documentos escritos ni otras fuentes más específicas, producen una falta de exactitud y de coincidencia entre los historiadores y arqueólogos. Algo que veremos cómo sucede igualmente en otros apartados sobre su desarrollo como pueblo pre-romano.
De todas formas, hay algunas hipótesis que han ido tomando fuerza: una teoría sostiene que fueron el resultado de la evolución local y gradual de las culturas existentes en la península ibérica durante la Edad de Bronce, otros sugieren que pudieron haber migrado a la península ibérica desde África o el Mediterráneo oriental y algunos argumentan que son descendientes de los vascos actuales o de los celtas.
Etimología del término “íbero”:
En el entramado de culturas que componen la historia de la humanidad, la de los íberos es una de las más enigmáticas, empezando por su propio nombre:
A menudo nos encontramos con el término «íbero» sin realmente cuestionarnos su origen. La etimología de «íbero» proviene del río Ebro, que los antiguos griegos llamaban «Íberus». Los pueblos que habitaban cerca de este río fueron conocidos como «íberos» por los griegos, y ese es el nombre que ha perdurado hasta nuestros días.
Periodo de existencia de los íberos (siglos VII a.C. – I d.C.)
El tiempo de los íberos se extiende desde el siglo VII a.C. hasta el siglo I d.C., un periodo extenso que nos permite entender la longevidad y resistencia de estos pueblos. Es importante recordar que el proceso de romanización, que comenzó en el siglo II a.C., no resultó en la desaparición instantánea de la cultura íbera.
La romanización de los íberos:
La romanización de los íberos fue un proceso a largo plazo, desde el siglo III a.C. hasta el siglo I d.C., comenzando con la Segunda Guerra Púnica. A pesar de la resistencia inicial, la influencia de Roma se impuso gradualmente, llevando a los íberos a adoptar la cultura, el idioma, las leyes y las costumbres romanas. Este proceso no fue uniforme y tuvo ciudades y colonias romanas como centros clave de romanización; por ejemplo: Tarraco (La actual ciudad de Tarragona, ubicada en la comunidad autónoma de Cataluña, en el noreste de España), Emérita Augusta (la actual ciudad de Mérida, ubicada en la comunidad autónoma de Extremadura, en el suroeste de España) e Itálica (la capital de la provincia de Lusitania durante el periodo romano). Aunque se adoptaron muchas costumbres romanas, los íberos conservaron elementos de su propia cultura. La influencia de la romanización es aún visible hoy en día en la península ibérica, en aspectos como la arquitectura, el idioma, las leyes y las costumbres.
Territorios ocupados por los íberos
Los íberos ocuparon lo que hoy conocemos como la mayor parte del este y sur de España, llegando hasta el sur de Francia y Andalucía. De hecho, el nombre de la península ibérica proviene de estos antiguos habitantes. No obstante, la presencia íbera no era homogénea y sus manifestaciones culturales variaban considerablemente de una región a otra, lo que da testimonio de la diversidad de estos pueblos.
Mapa de los íberos
Un mapa de la península ibérica durante la época íbera revelaría un paisaje salpicado de asentamientos fortificados, los oppida, que se extendían por toda la costa mediterránea, el valle del Ebro y el sur del país. Los íberos no solo ocuparon zonas costeras, sino también el interior, demostrando una gran adaptabilidad a diferentes ambientes y recursos. Toda esta distribución geográfica será explorada en detalle en los apartados siguientes, desvelando el intrigante mosaico que formaba el mundo íbero.
Sociedad y organización política de los íberos
Estructura social
La sociedad íbera se distinguía por tener una estructura jerarquizada bastante clara y organizada en torno a pequeñas unidades familiares o clanes, cada uno con su líder o jefe.
Organizando las distintas jerarquías en una pirámide social, esta quedaría de la siguiente forma:
En la cúspide se encontraban los líderes, que eran a menudo guerreros íberos. Esta nobleza guerrera desempeñaba un papel crucial en la organización de las tribus y en la defensa de sus territorios.
Justo por debajo de la nobleza, encontramos una clase de comerciantes y artesanos, fundamentales para la economía íbera. Ellos eran los encargados de la producción y el comercio de bienes, desde la cerámica hasta las joyas y armas.
En la base de la sociedad, encontramos a los agricultores y pastores. Estos constituían la mayor parte de la población y eran responsables de la producción de alimentos y materias primas. Aunque ocupaban la posición más baja en la jerarquía social, su papel era vital para la supervivencia y prosperidad de la comunidad íbera.
El estatus social podría reflejarse en la riqueza de las tumbas, donde algunos individuos eran enterrados con una gran cantidad de bienes funerarios, incluyendo armas para los guerreros y joyas para las mujeres.
Ciudades y asentamientos
Para entender cómo vivían los íberos, es fundamental examinar sus ciudades y asentamientos. Los íberos eran expertos en la construcción de oppida, asentamientos fortificados situados en posiciones estratégicas, normalmente en lugares elevados. Estos oppida, más que simples construcciones defensivas, eran auténticos núcleos urbanos dotados de una organización compleja.
Cada oppidum contaba con un sistema de murallas defensivas, a menudo reforzado por torres y fosos. Dentro de ellos, las casas se distribuían en manzanas definidas por un entramado de calles. Estas viviendas eran normalmente de planta rectangular y solían estar construidas con un zócalo de piedra y muros de adobe. Además, albergaban talleres de artesanos y almacenes para guardar cereales y otros productos agrícolas, evidenciando una economía próspera y organizada.
Organización política de los íberos
La organización política de los íberos es un tema complejo y a menudo debatido entre los historiadores debido a la falta de fuentes escritas íberas. La información disponible proviene principalmente de fuentes griegas y romanas, así como de la arqueología.
En general, parece que su organización política estaba basada en ciudades-estado independientes, los oppida de los que ya se ha hablado anteriormente. Además, a veces los íberos formaban confederaciones o alianzas para enfrentarse a enemigos comunes.
Es importante notar que su estructura política parece que evolucionó con el tiempo debido a la respuesta a influencias externas. Con el contacto y las presiones de otras culturas, como los griegos, los cartagineses y finalmente los romanos, las ciudades-estado íberas pudieron haber comenzado a centralizar su autoridad y a desarrollar formas más sofisticadas de gobierno y administración.
Relaciones con otros pueblos (fenicios, griegos, cartagineses y romanos)
La península ibérica ha sido siempre una fusión de culturas y pueblos, y los íberos, a pesar de su relativo aislamiento geográfico, se beneficiaron de este intercambio cultural y comercial.
Algunos de esas culturas son las siguientes:
Fenicios:
Los fenicios fueron uno de los primeros pueblos del Mediterráneo en establecer contacto con los íberos, fundando colonias comerciales en la península ya desde el siglo IX a.C. Este pueblo, originario del actual Líbano, era conocido por su habilidad para la navegación y el comercio, y su influencia en los íberos fue significativa. Los fenicios introdujeron nuevas tecnologías en metalurgia y cerámica, además de la escritura. Se cree que el sistema de escritura íbero pudo haber evolucionado de los modelos proporcionados por los fenicios.
Griegos:
Desde el siglo VI a.C., los griegos establecieron varias colonias en la costa este de la península ibérica, en lugares como Empúries y Roses. Esta presencia griega tuvo un impacto importante en la cultura íbera. Aportaron nuevos métodos agrícolas, introdujeron el cultivo de la vid y el olivo, y promovieron el desarrollo de la cerámica y la escultura. La cerámica íbera, en particular, muestra claras influencias del estilo griego, con figuras negras y rojas y escenas mitológicas.
Cartagineses:
Los cartagineses, originarios de la ciudad de Cartago en el actual Túnez, se establecieron en la península ibérica durante los siglos V y IV a.C., principalmente en el sur. Los cartagineses formaron alianzas con algunas tribus íberas y reclutaron a muchos guerreros íberos para sus campañas militares. Al mismo tiempo, también hubo conflictos y resistencia por parte de los íberos. La presencia cartaginesa aumentó la militarización de la sociedad íbera y contribuyó a la consolidación de la cultura íbera.
Romanos:
El contacto con Roma comenzó en el siglo III a.C. y marcó un punto de inflexión para los íberos. Aunque inicialmente hubo una fuerte resistencia, el poderío militar romano y su estrategia de formar alianzas con ciertas tribus íberas llevaron a un proceso gradual de romanización. Sin embargo, este no fue un proceso rápido ni homogéneo. Durante varios siglos, las tradiciones y costumbres íberas coexistieron con las romanas, creando una rica fusión cultural. La romanización no solo supuso cambios en la organización política y social, sino también en la economía, la religión y el arte. Sin embargo, a pesar de la dominación romana, la cultura íbera dejó un legado perdurable en la península, que todavía puede rastrearse en la actualidad.
Economía y recursos de la cultura ibérica
La economía de la cultura íbera era variada y adaptable, reflejando la diversidad de los paisajes y recursos disponibles en la península ibérica. La subsistencia de los íberos dependía de una combinación de actividades económicas que incluían la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería y la metalurgia, así como el comercio tanto interno como externo. Este equilibrio y diversidad económica fue un factor crucial que contribuyó a la resistencia y perdurabilidad de la cultura íbera a lo largo de los siglos.
Agricultura
La agricultura era un pilar fundamental en la economía íbera. Los íberos cultivaban una amplia gama de cereales, con un especial predominio de la cebada y el trigo, así como diversas legumbres y hortalizas. Además, con la influencia de los contactos griegos, la viticultura y el cultivo de olivos se extendieron, convirtiéndose en cultivos muy valorados por su potencial para la producción de vino y aceite, bienes de consumo muy valorados también en el comercio. Los sistemas de irrigación permitían un mayor rendimiento de las parcelas cultivadas, especialmente en las zonas costeras y los fértiles valles fluviales.
Ganadería y pesca
Además de la agricultura, la ganadería desempeñaba un papel importante. Criaban ovejas, cabras, cerdos y caballos, cuyos productos (carne, lana, cuero, etc.) se utilizaban tanto para el consumo local como para el intercambio y el comercio. Además, la pesca tenía un papel relevante en las comunidades costeras, proporcionando una fuente adicional de alimentos y bienes comerciales. Las salazones de pescado, muy valorados, se producían en abundancia y se comercializaban a lo largo del Mediterráneo.
Minería y metalurgia
La península ibérica es rica en depósitos minerales y los íberos supieron explotar esta riqueza. Se dedicaban a la extracción de diversos metales, entre los que se incluyen el cobre, el estaño, el hierro y la plata. Estos metales eran procesados y transformados en una amplia gama de objetos, desde herramientas y armas hasta joyas y adornos, mostrando un gran dominio de la metalurgia. Esta actividad no solo les permitía satisfacer sus propias necesidades, sino que también proporcionaba bienes valiosos para el comercio.
Comercio y relaciones económicas
El comercio era una actividad crucial en la economía íbera. Las comunidades íberas participaban en redes de intercambio que operaban a escala local, regional e incluso internacional. A nivel local y regional, intercambiaban productos agrícolas, ganaderos, pesqueros y minerales, entre otros. En cuanto a las relaciones comerciales con otros pueblos del Mediterráneo, los íberos importaban una variedad de productos, incluyendo vino, aceite, cerámica fina y objetos de lujo de los griegos y fenicios. A cambio, exportaban metales, salazones de pescado, lana y otros productos agrícolas. Este comercio facilitaba el intercambio cultural, lo que influía en la evolución de la cultura íbera y en su integración en el mundo mediterráneo antiguo.
Arte y arquitectura íbera
El arte y la arquitectura íbera son manifestaciones notables de la riqueza cultural de esta antigua civilización. Sus creaciones reflejan tanto su herencia prehistórica como las influencias adquiridas a través de sus interacciones con otros pueblos del Mediterráneo. Cada obra de arte y cada edificio nos ofrecen una ventana a su cotidianidad, a su sistema de creencias, y a su estructura social.
Escultura
La escultura se distingue especialmente por los exvotos íberos. Estas pequeñas estatuillas de terracota se ofrendaban a los dioses en santuarios como parte de sus rituales religiosos. Representaban habitualmente figuras humanas y animales, y en ocasiones deidades, con un nivel de detalle y realismo que atestigua la destreza de los artesanos íberos. También creaban esculturas más grandes en piedra, como la célebre Dama de Elche, que son testimonio de la inventiva y habilidad de los escultores íberos.
Cerámica y pintura
La cerámica íbera se destaca por su diversidad y detalle. Los vasos y platos se decoraban con dibujos íberos de motivos geométricos, animales, escenas cotidianas y figuras humanas. La pintura se empleaba con frecuencia para decorar cerámica, y aunque se han conservado menos ejemplos, también existen indicios de pintura mural y en soportes de madera.
Arquitectura y urbanismo
La arquitectura íbera se integraba en el paisaje y aprovechaba los recursos naturales locales. Los cruceros íberos, o calles que se cruzaban en ángulo recto, eran una característica habitual en sus asentamientos, evidenciando una sofisticada planificación urbana. En cuanto a cómo eran las casas de los íberos, generalmente eran estructuras de uno o dos pisos, construidas con piedra y adobe, con techos de madera y tejas. Los oppida, por su parte, se situaban a menudo en ubicaciones estratégicas, como colinas.
Escritura íbera
Uno de los elementos más fascinantes de la cultura íbera es su sistema de escritura. Los íberos crearon un sistema propio de escritura, cuyo significado de los símbolos íberos sigue siendo objeto de estudio y debate. Esta escritura no era fonética, sino semi-silábica, mezclando signos para vocales y consonantes. Aunque la mayoría de las inscripciones que han sobrevivido hasta nuestros días son cortas, estas nos proporcionan un entendimiento más profundo de la vida social, económica y religiosa de los íberos.
Música íbera
A pesar de que la información sobre la música íbera es limitada, es probable que tuviera un papel relevante en ceremonias y festividades. Los hallazgos arqueológicos, como flautas y címbalos, junto con las representaciones artísticas de músicos y danzantes, sugieren que la música y la danza eran elementos esenciales de la vida cultural íbera. Se cree que la música podría haber sido utilizada no solo para el entretenimiento, sino también como una forma de comunicación y para propósitos rituales y ceremoniales.
Religión y rituales íberos
La religión, profundamente arraigada en la vida de los íberos, influía en su percepción del mundo y su comportamiento cotidiano. Sus rituales y creencias religiosas, enraizados en su identidad cultural, aportaban explicaciones y consuelo ante los misterios de la existencia, la naturaleza y la muerte.
Deidades y creencias religiosas
Los íberos practicaban un politeísmo, venerando a una serie de deidades que personificaban distintos aspectos de la naturaleza y de la vida cotidiana. Las deidades íberas, aunque son difíciles de identificar con certeza debido a la escasez de fuentes escritas, parecen incluir divinidades femeninas asociadas a la fertilidad, como la Dama de Elche (algunos creen que es la representación de una sacerdotisa o una diosa), y dioses guerreros y de la naturaleza. Asimismo, no era raro que los íberos incorporaran divinidades de otras culturas con las que entraban en contacto, como el griego Heracles o el fenicio Melkart.
Ritos funerarios
Los rituales funerarios de los íberos nos ofrecen una visión valiosa sobre sus creencias respecto a la muerte y la vida después de la muerte. Practicaban tanto la inhumación (enterramiento en un lugar destinado a tal fin) como la cremación (reducir a cenizas una persona que se ha muerto), y era común que los sepulcros contuvieran objetos personales, creyendo que estos podrían ser de utilidad para el difunto en su travesía al más allá. En algunos casos, los restos cremados se depositaban en urnas de cerámica, las cuales a su vez se enterraban, y el ajuar funerario incluía cerámicas, armas y joyas.
Santuarios y lugares sagrados
Los íberos rendían culto a sus deidades en lugares sagrados que solían ser de carácter natural como manantiales, cuevas y promontorios rocosos. Estos espacios de culto se convertían en santuarios donde se realizaban ofrendas y sacrificios. Uno de los más conocidos es el santuario del Cigarralejo en Murcia, donde se han encontrado numerosos exvotos. Las esculturas de terracota, que representaban personas y animales, se ofrecían a las divinidades en estos santuarios, ilustrando la intensidad y devoción de la vida espiritual íbera.
El legado de los íberos
La cultura íbera, con su rico legado de arte, religión, política y economía, ha dejado una huella duradera en la historia. La interacción entre los íberos de ayer y hoy ofrece una narrativa fascinante que conecta nuestro presente con nuestro pasado.
Influencia en la cultura y la historia de la Península ibérica
Los íberos tuvieron una influencia significativa en la configuración de la cultura y la historia de la península ibérica. Su legado puede percibirse en aspectos tan diversos como el idioma, los nombres geográficos, las tradiciones y costumbres, y la organización social. Además, su habilidad en la metalurgia, su arquitectura y su arte han dejado una impronta perdurable en la cultura española y han contribuido a su rico patrimonio cultural.
Descubrimientos arqueológicos y hallazgos destacados
Las investigaciones arqueológicas han desenterrado numerosos restos de la civilización íbera, proporcionándonos una visión profunda de su cultura. Algunos de los hallazgos más destacados incluyen la Dama de Elche, una exquisita escultura de piedra caliza que muestra la destreza artística de los íberos, y el Tesoro de Tivissa, un conjunto de piezas de plata que evidencia la sofisticada técnica de los íberos en la metalurgia. Además, los restos de numerosos oppida, como el de Puig de la Nau en Benicarló, nos permiten entender mejor la organización social y urbana de los íberos.
Los íberos en la actualidad: turismo y patrimonio
Hoy en día, el legado de los íberos se celebra y se mantiene vivo a través del turismo y la conservación del patrimonio. Lugares como el Museo de los Íberos en Jaén y el Parque Arqueológico de Segóbriga permiten a los visitantes adentrarse en la vida de esta fascinante cultura. Estos lugares no sólo ofrecen una visión del pasado, sino que también resaltan la importancia de la preservación y el estudio del legado íbero para las futuras generaciones. Así, los íberos siguen formando parte integral de la identidad cultural y el patrimonio de la Península ibérica.0
Resumen de los íberos: Importancia de la cultura íbera en la historia antigua
El legado de la cultura íbera es una parte intrínseca y significativa de la historia antigua de la península ibérica, extendiéndose desde el siglo VI a.C. hasta el siglo I d.C. Su ubicación geográfica, abarcando desde el sur de Francia hasta Andalucía, les permitió interactuar con una variedad de culturas y pueblos, como fenicios, griegos, cartagineses y romanos. Estas interacciones marcaron su desarrollo económico, social y cultural, fomentando la diversidad y la adaptabilidad de esta civilización antigua.
Los íberos, conocidos por su habilidad como guerreros, desarrollaron una sociedad compleja y estratificada con una estructura social jerárquica. Construyeron ciudades y asentamientos, conocidos como oppida, en una variedad de ambientes, desde la costa hasta el interior, adaptándose a los recursos disponibles. Estos oppida eran centros neurálgicos de su economía, que se basaba en la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería y la metalurgia. Además, mantenían relaciones comerciales con los pueblos con los que entraban en contacto, enriqueciendo su economía y cultura.
El arte y la arquitectura íbera son reflejo de su habilidad y creatividad. Crearon esculturas, pinturas y cerámica que se distinguen por su calidad y originalidad, y su arquitectura refleja una gran capacidad para adaptarse a las características del entorno. Desarrollaron un sistema de escritura único y se destacaron por la música, la danza y otras formas de expresión cultural. Además, la religión y los rituales desempeñaron un papel central en su sociedad, con un panteón de deidades y rituales que guiaban su vida cotidiana.
A lo largo de los siglos, los íberos dejaron un legado cultural y histórico que ha influido de manera profunda en la península ibérica. Su presencia sigue viva hoy en día, no sólo en los numerosos descubrimientos arqueológicos y hallazgos destacados que nos permiten aprender más sobre su cultura, sino también en la influencia que tuvieron en la configuración de la cultura y la historia de la península. En la actualidad, el legado íbero es celebrado y preservado a través del turismo y la conservación del patrimonio, reafirmando su importancia en nuestra comprensión de la historia antigua.
PREGUNTAS FRECUENTES:
¿Qué comían los íberos?
Los íberos tenían una dieta basada en los productos agrícolas que cultivaban, como el trigo, la cebada, las legumbres y las hortalizas. También consumían productos de la ganadería como carne y leche, pescado, marisco y recogían frutos y miel del medio silvestre. El vino, introducido por los fenicios y griegos, también era consumido.
Diferencias y similitudes entre celtas e íberos
Los celtas y los íberos eran dos culturas distintas que habitaban la península ibérica. Ambas sociedades eran agrícolas y ganaderas, y ambas tenían sistemas de escritura. Sin embargo, había diferencias claras en su organización social, lenguaje, arte y arquitectura. Además, los celtas se encontraban principalmente en el norte y oeste de la Península, mientras que los íberos se asentaron en el este y sur.
¿Iberos o íberos?
¿Cuál es el origen de los íberos?
El origen de los íberos es objeto de debate entre los historiadores. Aunque se cree que eran un pueblo autóctono de la península ibérica, hay teorías que sugieren influencias y migraciones de diferentes regiones del Mediterráneo. Lo que está claro es que su cultura se desarrolló localmente a partir del siglo VI a.C.
¿Dónde vivieron los íberos?
Los íberos vivieron en lo que hoy conocemos como la mayor parte del este y sur de España, llegando hasta el sur de Francia. Su presencia era especialmente notable a lo largo de la costa mediterránea y en el valle del Ebro.
¿Cuándo se extinguieron los íberos?
Los íberos no se extinguieron en el sentido de desaparecer completamente. A partir del siglo II a.C., la península ibérica fue progresivamente romanizada, lo que condujo a la fusión y eventual transformación de la cultura íbera en la cultura romana
¿Cómo llamaban los íberos a España?
¿Qué idioma hablaban los íberos?
Los íberos hablaban una lengua preindoeuropea conocida como íbero, de la cual tenemos evidencia a través de inscripciones encontradas en monedas y placas de plomo. Sin embargo, gran parte del idioma íbero aún no se ha descifrado.
¿Quién acabó con los íberos?
La cultura íbera se fusionó progresivamente con la cultura romana tras la conquista romana de la península ibérica en el siglo II a.C. Esto no significó el fin abrupto de los íberos, sino una lenta transformación y asimilación de su cultura a la romana.
¿Cuál es la religión de los íberos?
Los íberos practicaban una religión politeísta con varias deidades, muchas de las cuales estaban vinculadas a elementos naturales y a aspectos de la vida cotidiana. También se han encontrado evidencias de cultos a los antepasados y rituales funerarios.
¿Qué cultivaban los íberos?
Los íberos cultivaban una variedad de cereales, como trigo y cebada, además de legumbres, olivos y vides. La influencia de otros pueblos mediterráneos enriqueció su agricultura, introduciendo nuevos cultivos y técnicas de producción.
¿Cómo era la cultura de los íberos?
La cultura de los íberos era rica y diversa. Eran conocidos por su habilidad en la metalurgia, su cerámica y sus esculturas. También tenían una organización social jerarquizada, con guerreros, aristócratas, sacerdotes y artesanos. Sus ciudades estaban bien organizadas, con fortificaciones y construcciones adaptadas a la geografía del terreno.
Rasgos físicos de los íberos
Las representaciones artísticas de los íberos muestran individuos de complexión fuerte, con rostros marcados y cabello largo, a menudo recogido en un moño. Sin embargo, no se puede generalizar sobre su aspecto físico ya que la población ibérica era diversa.
¿De dónde proceden los íberos?
La procedencia de los íberos es tema de debate entre los historiadores. Aunque es probable que fueran un pueblo autóctono de la península ibérica, algunas teorías apuntan a posibles influencias o migraciones desde diferentes regiones del Mediterráneo.
¿Cómo eran las casas de los íberos?
Las casas de los íberos solían ser de planta rectangular, con paredes de piedra o adobe y techos de madera cubiertos de paja. Algunas casas más grandes y complejas indican la existencia de una élite social.
¿Cómo se enterraban los íberos?
Los rituales funerarios de los íberos variaban, pero el entierro en necrópolis era común. También se han encontrado evidencias de cremación. Los rituales funerarios a menudo incluían ofrendas y bienes personales que se depositaban con el difunto, probablemente como parte de las creencias íberas en una vida después de la muerte.