Franklin Pierce
En 1845, el Presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Pierce, se ofreció a comprar a los nativos americanos gran parte de sus tierras. La respuesta del jefe indio Seattle, fue la siguiente:
“El Gran Jefe desea comprar nuestras tierras, pero ¿cómo se puede comprar o vender el cielo? La idea es extraña para nosotros, ya que no somos dueños del aire.
Cada parte de la tierra es sagrada para mi pueblo, representa a nuestros hermanos y nuestra memoria.”
“Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres, pero lo que hacemos a la tierra afecta a todos los seres humanos. El destino es incierto para nosotros, pues no comprendemos que los búfalos sean exterminados, que los caballos sean domesticados o que se destruya el paisaje para colocar cables con los que poder comunicarse.
Si os vendemos nuestra tierra deberán educar a sus hijos para que comprendan que la tierra es preciosa. Deberán respetar el aire, el mismo que dio el primer soplo a nuestros abuelos y recibió su último suspiro. Deberán enseñar a los hombres del futuro a saborear el viento perfumado por las flores del campo.”