Cuento La ratita presumida: adaptación del cuento de Fernán Caballero
Érase una vez una linda ratita llamada Florinda que vivía en la ciudad.
Como era muy hacendosa y trabajadora, su casa siempre estaba limpia y ordenada. Cada mañana la decoraba con flores frescas que desprendían un delicioso perfume y siempre reservaba una margarita para su pelo, pues era una ratita muy coqueta.
Un día estaba barriendo la entrada y se encontró una reluciente moneda de oro.
– ¡Oh, qué suerte la mía! – exclamó la ratita.
Como era muy presumida y le gustaba ir siempre a la moda, se puso a pensar en qué bonito complemento podría invertir ese dinero.
– Uhmmm… ¡Ya sé qué haré! Iré a la tienda de la esquina y compraré un precioso lazo para mi larga colita.
Metió la moneda de oro en su bolso de tela, se puso los zapatos de tacón y se fue derechita a la mercería. Eligió una cinta roja de seda que realzaba su bonita figura y su estilizada