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¿Podemos estimular y potenciar la capacidad intelectual de los niños?

 

El ser humano se ha planteado desde siempre si tiene la posibilidad de poder mejorar su inteligencia y la de su descendencia. Por todos es conocido que a pesar de que nacemos con una carga genética que condiciona nuestra capacidad intelectual, podemos mejorar dicha capacidad si la entrenamos de manera regular con actividades de concentración, memoria, control de impulsos, organización y autorregulación emocional. Se ha demostrado que estas actividades aumentan la función ejecutiva y la adaptación al medio en los diferentes contextos donde se desarrollan nuestros pequeños.

¿Qué son las Funciones Ejecutivas?

Podemos decir que las Funciones Ejecutivas son los procesos cognitivos que se ponen en marcha cuando tenemos que resolver una tarea, sobre todo, si dicha actividad es novedosa o compleja para nosotros. El lugar del cerebro donde se ubican las funciones ejecutivas es la corteza prefrontal, que se encuentra justo detrás de la frente.

No podemos concluir que el ser humano es la única especie animal que tiene corteza prefrontal, pues otros mamíferos también disponen de ella, pero sí somos los únicos que disponemos de funciones ejecutivas.

Generalmente se utiliza la metáfora de Goldberg, según la cual, la corteza prefrontal cumpliría las funciones que tiene el director de una orquesta. Su principal función consiste en coordinar las diferentes partes de la orquesta, es decir, poner en armonía las diferentes secciones de la misma. Quizás las funciones ejecutivas que más se han estudiado sean las siguientes: atención, memoria operativa, control o inhibición de impulsos, planificación, flexibilidad cognitiva, resolución de problemas y autorregulación emocional.

Evolución de las Funciones Ejecutivas en el ser humano

La gran mayoría de estudios científicos concluyen que las funciones ejecutivas debutan en el niño sobre los 2 años y tienen un mayor desarrollo entre los 4 y los 7 años.

Una de las funciones ejecutivas que más se tarda en adquirir es la inhibición, es decir, aquella habilidad que nos permite controlar nuestras emociones e impulsos. Muchas de las dificultades que tienen nuestros alumnos e hijos implican un mal funcionamiento ejecutivo.

Además, en algunos trastornos, como por ejemplo el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), la dislexia y los trastornos de conducta, el funcionamiento ejecutivo suele ser necesario reforzarlo de manera significativa.

Como mejorar las Funciones Ejecutivas

Son muchas las variantes y los tipos de actividades que podemos proponer para mejorar el funcionamiento ejecutivo. En la práctica, no existen ejercicios puros para trabajar una única función ejecutiva, sino que todas las actividades potencian varias a la vez.

Si estás interesado/a en seguir ahondando en la temática de la potenciación de las funciones ejecutivas en niños y adolescentes, te recomiendo que te apuntes al curso on-line sobre Desarrollo y estimulación de la atención, memoria y otras Funciones Ejecutivas.

Rafael Guerrero Tomás

Licenciado en Psicología Clínica y de la Salud. Director y fundador de Darwin Psicólogos. Experto en TDAH, trastornos del aprendizaje y trastornos de conducta. Especializado en Psicología Educativa. Profesor del departamento de Psicología Evolutiva de la Facultad de Educación (UCM). Imparte clases en Grado de Psicología y en el Master de Atención a la Diversidad y Apoyos Educativos del Centro Universitario Cardenal Cisneros. Autor de los libros “Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Entre la patología y la normalidad” (Libros Cúpula, 2016), “Educación emocional y apego. Pautas prácticas para gestionar las emociones en casa y en el aula” (Libros, Cúpula, 2018) y “Cuentos para el desarrollo emocional desde la teoría del apego” junto con Olga Barroso (Editorial Sentir, 2019).