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¿Cómo desarrollar la paciencia en los niños?

Para los niños, esperar no está entre sus planes. Quieren algo y lo quieren ya, sin demoras. Su cabecita no comprende por qué no pueden obtener ese algo inmediatamente. Está claro que su sentido del tiempo va un tanto acelerado, ya que, en ocasiones, un par de minutos de espera puede parecerles una eternidad. Por eso, vamos a tratar hoy acerca de cómo desarrollar la paciencia en los niños. La paciencia, una habilidad que incluso no gestionamos bien a veces los adultos.

Como acertadamente señala nuestro refranero español: la paciencia es la madre de todas las ciencias. Y es que se trata de una virtud que puede aplicarse en cualquier ámbito de nuestra existencia. La paciencia es muy útil en el trabajo, con la familia, con los vecinos, con los alumnos… De ahí la necesidad de inculcarla a los niños cuando son todavía pequeños, ya que será indispensable contar con ella en un futuro.

 

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La situación no podía ser más típica: un niño pide algo, le decimos que espere un momento y le entra la impaciencia.

En el mejor de los escenarios, quizás se muestre solo insistente. En el peor, deberemos lidiar con un más que probable berrinche. Especialmente los más pequeños no comprenden que no puedan ser atendidos en el acto y enseguida. Y como no consiguen lo que quieren y en el tiempo que quieren, se frustran. La buena noticia es que la paciencia también se aprende y puede ir adquiriéndose a partir de los 2 o 3 años.

 

Cómo conseguir que los niños desarrollen su paciencia

Lo primero a tener en cuenta es que la paciencia es una capacidad que se obtiene de manera gradual. Esto significa que irá aprendiendo a ser más paciente poco a poco. Por el momento, te dejamos una lista con algunas recomendaciones para conseguir que los niños desarrollen su paciencia.

Predicar con el ejemplo

Los adultos que rodean al niño, sean sus padres o profesores, son su referente más cercano. Si él observa a su alrededor cómo la gente es capaz de esperar, él tenderá a hacer lo mismo. Por este motivo, es muy importante mostrarse paciente, por ejemplo, en una fila al esperar turno. Así aquel aprenderá que la espera forma parte del día a día. Por nuestra parte, entonces, olvidémonos de estresarnos si tarda un poco más al comer o al recoger sus cosas en la escuela.

 

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No perder la calma

En línea con el punto anterior, es imprescindible no perder la calma en situaciones límite como cuando el niño se coge una rabieta. Dejar aflorar los nervios no es una buena muestra de paciencia. El niño aprenderá que un berrinche no es la solución para conseguir lo que quiere. Efectivamente pueden manifestar su insatisfacción, pero con otras formas.

Cumplir lo prometido

De nuevo, otro refrán español nos ayuda a ilustrar esta idea: lo prometido es deuda. Una interesante fórmula para desarrollar la paciencia en los niños es cumplir las promesas. Por ejemplo, si el peque insiste en que dejemos lo que estamos haciendo para atenderle, algo tan sencillo como decirle “cuanto termine de organizar estos papeles, echo un vistazo al dibujo que has pintado” podría animarle a esperar un poco más. Eso sí, es importantísimo cumplirlo.

Enseñarle a no interrumpir las conversaciones

Que haya alguien hablando no disuade a los niños de intervenir en la conversación. Eso no es un impedimento. Esta es una costumbre que tiene que ver con la impaciencia y con lograr las cosas a la de ya. No interrumpir las conversaciones es una regla básica de educación, así que es clave que la aprenda. Nuevamente, podemos predicar con el ejemplo para que el niño vea que, cuando él habla, nadie le interrumpe.

 

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Utilizar el diálogo

El diálogo es un método que no falla en el aprendizaje. Dedica tiempo a explicarle y a razonarle por qué, en determinadas circunstancias, hay que tener paciencia. Por ejemplo, en la sala del médico. Está claro que no va a comprenderlo igual de bien que un adulto, así que se recomienda llevar un juguete o cuaderno para colorear para que la espera sea más llevadera.

 

Trucos o ideas para desarrollar la paciencia en los niños

Acabamos de ver algunas pautas generales para desarrollar la paciencia en los niños. A continuación, encontrarás una serie de ideas más específicas para cultivar esta habilidad.

  • Espera un poco antes de atenderle. Puedes empezar con unos segundos y, más adelante, con un par de minutos. Así irá aprendiendo que por esperar no se acaba el mundo.
  • Muestra calma ante su impaciencia. No chilles, así evitarás una discusión. Lo mejor es actuar con serenidad.
  • Apuesta por los juegos por turnos. El juego también puede ser un fantástico aliado de la paciencia y, concretamente, los juegos por turnos.

 

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  • La paciencia a través de la naturaleza. No hay un ejemplo más claro de qué es la paciencia que el crecimiento de una planta. Esta actividad, además de ser muy entretenida para el niño, encargándose de su riego y cuidado, le enseñará que, en la vida, hay cosas que requieren su tiempo.
  • Premia su paciencia. Para favorecer el desarrollo de esta capacidad, ¡no dudes en reconocer cada esfuerzo que realice!

 

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  • Instala una “silla de espera”. La “silla de espera” es un objeto simbólico para indicar que está esperando por algo. Por ejemplo, que es el siguiente en utilizar las pinturas cuando acabe su compañero.
  • Planea una comida por turnos. Este interesante truco consiste en colocar todos los alimentos en la mesa, siendo necesario servirse por turnos.
  • Fomenta la paciencia a través de los cuentos. Una extraordinaria manera de enseñar al niño la importancia de la paciencia es mediante la presentación de personajes como las hormigas, quienes destacan por su perseverancia.

 

Paciencia en los niños según sus edades

Cada etapa infantil precisa de sus propias estrategias para desarrollar la paciencia en los niños. He aquí algunas consideraciones sobre esta habilidad en cada franja de edad.

El concepto de paciencia no está en el diccionario de los niños de 1 año. Esperar se convierte en misión imposible para ellos. Si llora y no es atendido, el pequeño experimentará una mezcla de pánico y otras sensaciones desagradables. A esta edad no queda otra que aguantar sus rabietas porque sencillamente el niño no es capaz de controlar sus emociones.

A partir de los 2 y 3 años, ya es posible trabajar la paciencia en los niños. Poco a poco el niño va siendo más consciente de que, a veces, hay que esperar. Eso sí, es imprescindible explicarle por qué no puede obtener lo que quiere cuando lo pide. En estas edades, puedes ir aplicando ciertas estrategias para desarrollar su paciencia, como esperar unos segundos antes de atenderle.

Desde los 4 años en adelante, los niños cada vez son más autosuficientes y esto incide de manera positiva en cómo manejan su paciencia. Ya que su capacidad de comprensión es mayor, los cuentos se presentan como magníficas herramientas para cultivar esta habilidad. A través de historias y personajes diferentes, los niños pueden ir entendiendo mejor qué es eso de ser paciente.

 

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La comunicación con los niños es más fácil conforme se hacen mayores. Sin embargo, no hay que esperar a que lo sean para trabajar la paciencia. A partir de los 7 años, los niños son capaces de explicar mucho mejor cómo se sienten. De la misma forma, van a entender qué significa ser paciente. En este punto, es vital predicar con el ejemplo, pues, para ellos, los adultos son modelos a seguir.

En cualquier caso, parece que la paciencia es una habilidad que mejora con el paso de las generaciones, tal y como indica un estudio. De acuerdo con una investigación auspiciada por la American Psychological Association, los niños de hoy son mucho más pacientes que los de hace 50 años.

En la década de los 60 se reunió a un grupo de niños de entre 3 y 5 años y se le ofreció a cada uno una golosina. Se les indicó, asimismo, que si esperaban recibirían un segundo caramelo. A comienzos del siglo XXI se realizó el mismo estudio. Los resultados fueron sorprendentes: los niños de nuestra generación esperaron una media de 2 minutos más que los participantes de los años 60 antes de lanzarse a coger ese segundo caramelo ellos mismos. También fueron más pacientes que los niños de un idéntico estudio efectuado en los años 80. En este caso, los pequeños de nuestro siglo esperaron 1 minuto más.

De este estudio, entonces, puede deducirse que los niños son cada vez más pacientes. Parece una teoría difícil de creer dado que nos encontramos inmersos en la era de la gratificación inmediata. Esto es cierto, pero también lo es que en la actualidad hay una mayor apuesta por la educación temprana que incide en la enseñanza de valores como la paciencia.