Aprendizaje basado en proyectos (ABP)
A lo largo de los siglos el sistema educativo imperante fue el método pedagógico tradicional.
Este modelo que nadie se atrevía a cuestionar se fundamenta en una cuestión principal: el profesor es el experto y único responsable de transmitir a sus alumnos los contenidos que, a lo largo del curso, deben entender y memorizar. Esto significa que el docente es el emisor de la información y los alumnos son los receptores que se limitan a obedecer, escuchar y asimilar conceptos.
Durante los siglos XVIII y XIX, la enseñanza tradicional empezó a recibir alguna que otra crítica y surgieron tímidas propuestas de cambio; sin embargo, no fue hasta principios del XX cuando el tema cobró mayor interés y aparecieron especialistas en pedagogía defendiendo que era posible afrontar la enseñanza desde otros puntos de vista y educar de manera acorde a los nuevos tiempos.
Nuevas metodologías pedagógicas
En las últimas décadas han ido aflorando métodos alternativos de enseñanza enfocados a que los alumnos desarrollen competencias que habían sido permanentemente relegadas a un segundo plano o directamente ignoradas.
El aprendizaje basado en proyectos (ABP) es uno de los que está implantado con más éxito en muchos países. A continuación, vamos a contarte a grandes rasgos su filosofía y objetivos.
¿En qué consiste el aprendizaje basado en proyectos?
En las escuelas donde se trabaja por proyectos los alumnos son los auténticos protagonistas. Estos niños y niñas tienen que seguir el contenido curricular oficial como en cualquier otro colegio, pero cambia la manera de abordarlo: todo se organiza en torno a uno o varios proyectos que han de realizarse a lo largo del curso.
En el ABP el profesor invita a toda la clase a elaborar un proyecto global en torno a una cuestión inicial, una idea o un tema. A la hora de decidir este tema central puede conceder a los alumnos distintos niveles de autonomía (según edad, nivel académico de la clase…). Esto significa que es libre de:
- Proponer un tema concreto y explicarles de qué modo se va a trabajar.
- Sugerir varios temas y dejar que los alumnos escojan uno.
- Permitir que los alumnos sean quienes elijan libremente el tema que más les motiva.
Sea cual sea la opción, lo importante es que los alumnos tendrán que tomar decisiones desde el primer momento e implicarse en el proyecto de manera activa hasta el final.
Una vez escogida la idea sobre la que va a girar el proyecto, se crea un plan de trabajo entre todos: se establecen grupos, se organizan las tareas, se planifican actividades, se decide el tiempo que va a durar (días, semanas)…
Una vez hecho esto, el proyecto se lleva a cabo y se da por terminado con la presentación del resultado final.
El profesor y los alumnos
El profesor se convierte en la persona que despierta la curiosidad de los niños, hace recomendaciones y facilita que todo sea posible. Es una figura indispensable que durante todo el proceso guía, ayuda y acompaña a los alumnos en el aprendizaje.
Los alumnos son quienes toman las riendas de su propia formación. Trabajando de manera colectiva han de buscar información, investigar sobre el tema, diseñar actividades relacionadas, crear sus propios materiales… El estudiante ya no se limita a escuchar un monólogo, sino que se convierte en miembro de un grupo dinámico junto a sus compañeros.
Objetivos y beneficios del aprendizaje basado en proyectos (ABP)
Una de las grandes ventajas del aprendizaje por proyectos es que se trata de una metodología interdisciplinar, es decir, se eliminan los compartimentos estancos y se trabajan todas las disciplinas a la vez. Las distintas materias se interrelacionan para favorecer un aprendizaje integral que estimula la imaginación y la creatividad.
De este modo, en un mismo proyecto se engloban todas las asignaturas (matemáticas, historia, ciencias…), que a su vez se aprenden en base a un montón de actividades (composición de canciones, redacción de textos, creación de obras de teatro, manejo de distintos dispositivos tecnológicos, elaboración de videos, fabricación de objetos, visitas a museos, excursiones, etc).
El aprendizaje basado en proyectos es realmente motivador. Los estudiantes leen, observan, indagan, ensayan… Es una formación participativa en el que todos los estudiantes tienen algo que decir y que aportar. Las aulas no son lugares aburridos donde solo habla el maestro y se puede escuchar hasta el vuelo de una mosca; al contrario, son espacios llenos de vida en los que se habla, se intercambian ideas, se llega a acuerdos, se experimenta y se crea.
Gracias a esta actitud tan activa en el aula los niños consiguen gran autonomía y asumen su capacidad de trabajo. Es obvio que esto les lleva adquirir muchos conocimientos teóricos y prácticos, pero también a desarrollar herramientas para resolver problemas y, sobre todo, un fuerte espíritu crítico.
El ABP también les sirve para darse cuenta del enorme potencial intelectual que tienen, y esto a su vez les lleva a mejorar su autoestima ya que perciben que su aportación es tan importante y esencial como la del resto del grupo.
Aparte de desarrollar múltiples capacidades individuales, este tipo de aprendizaje colectivo genera un fuerte espíritu de colaboración entre todos los compañeros.
Como el trabajo personal repercute en el equipo, aprenden a ser responsables, a respetar los puntos de vista de los demás, a cuestionar ideas y propuestas, a reconocer problemas, a resolver desafíos y a sacar sus propias conclusiones. Los alumnos aprenden a evaluar y a ser evaluados.
Otro elemento importante que merece la pena resaltar es que se trata de un sistema muy integrador ya que alumnos con distintas capacidades, desde niños con problemas de aprendizaje a los que presentan altas capacidades, comparten el tiempo de trabajo y gestionan juntos el proyecto.