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Hansel y Gretel

Hansel y Gretel cuento para niños
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Cuento Hansel y Gretel: adaptación del cuento de los Hermanos Grimm

 

En una cabaña cerca del bosque vivía un leñador con sus dos hijos, que se llamaban Hansel y Gretel.

El hombre se había casado por segunda vez con una mujer que no quería a los niños. Siempre se quejaba de que comían demasiado y que, por su culpa, el dinero no les llegaba para nada.

– Ya no nos quedan monedas para comprar ni leche ni carne – dijo un día la madrastra –.  A este paso, moriremos todos de hambre.

– Mujer… Los niños están creciendo y lo poco que tenemos es para comprar comida para ellos – contestó compungido el padre.

– ¡No! ¡Hay otra solución! Tus hijos son lo bastante espabilados como para buscarse la vida ellos solos, así que mañana iremos al bosque y les abandonaremos allí. Seguro que con su ingenio conseguirán sobrevivir sin problemas y encontrarán un nuevo lugar para vivir – ordenó la madrastra envuelta en ira.

– ¿Cómo voy a abandonar a mis hijos a su suerte? ¡Son sólo unos niños!

– ¡No hay más que hablar! – siguió gritando –. Nosotros viviremos más desahogados y ellos, que son jóvenes, encontrarán la manera de salir adelante por sí mismos.

El buen hombre, a pesar de la angustia que sentía en el pecho, aceptó pensando que quizá su mujer tuviera razón y que dejarles libres sería lo mejor.

Mientras el matrimonio hablaba sobre este tema, Hansel estaba en la habitación contigua escuchándolo todo. Horrorizado, se lo contó al oído a su hermana Gretel. La pobre niña comenzó a llorar amargamente.

– ¿Qué haremos, hermano, tú y yo solitos en el bosque? Moriremos de hambre y frío.

– No te preocupes, Gretel, confía en mí. ¡Ya se me ocurrirá algo! – dijo Hansel con ternura, dándole un beso en la mejilla.

Al día siguiente, antes del amanecer, la madrastra les despertó dando voces.

– ¡Levantaos! ¡Es hora de ir a trabajar, holgazanes!

Asustados y sin decir nada, los niños se vistieron y se dispusieron a acompañar a sus padres al bosque para recoger leña. La madrastra les esperaba en la puerta con un panecillo para cada uno.

– Aquí tenéis un mendrugo de pan. No os lo comáis ahora, reservadlo para la hora del almuerzo, que queda mucho día por delante.

Los cuatro iniciaron un largo recorrido por el sendero que se adentraba en el bosque. Era un día de otoño desapacible y frío. Miles de hojas secas de color tostado crujían bajo sus pies.

A Hansel le atemorizaba que su madrastra cumpliera sus amenazas. Por si eso sucedía, fue dejando miguitas de pan a su paso para señalar el camino de vuelta a casa.

Al llegar a su destino, ayudaron en la dura tarea de recoger troncos y ramas. Tanto trabajaron que el sueño les venció y se quedaron dormidos al calor de una fogata. Cuando se despertaron, sus padres ya no estaban.

– ¡Hansel, Hansel! – sollozó Gretel –. ¡Se han ido y nos han dejado solos! ¿Cómo vamos a salir de aquí? El bosque está oscuro y es muy peligroso.

– Tranquila hermanita, he dejado un rastro de migas de pan para poder regresar – dijo Hansel confiado.

Pero por más que buscó las miguitas de pan, no encontró ni una. ¡Los pájaros se las habían comido!

Desesperados, comenzaron a vagar entre los árboles durante horas. Tiritaban de frío y tenían tanta hambre que casi no les quedaban fuerzas para seguir avanzando. Cuando ya lo daban todo por perdido, en un claro del bosque vieron una hermosa casita de chocolate. El tejado estaba decorado con caramelos de colores y las puertas y ventanas eran de bizcocho. Tenía un jardín pequeño cubierto de flores de azúcar y de la fuente brotaba sirope de fresa.

Maravillados, los chiquillos se acercaron y comenzaron a comer todo lo que se les puso por delante. ¡Qué rico estaba todo!

Al rato, salió de la casa una mujer vieja y arrugada que les recibió con amabilidad.

– ¡Veo que os habéis perdido y estáis muertos de hambre, pequeños! ¡Pasad, no os quedéis ahí! En mi casa encontraréis cobijo y todos los dulces que queráis.

Los niños, felices y confiados, entraron  en la casa sin sospechar que se trataba de una malvada bruja que había construido una casa de chocolate y caramelos para atraer a los niños y, después, comérselos. Una vez dentro, cerró la puerta con llave, cogió a Hansel y lo encerró en una celda de la que era imposible salir. Gretel, asustadísima,  comenzó a llorar.

– ¡Tú, niñata, deja de lloriquear! A partir de ahora serás mi criada y te encargarás de cocinar para tu hermano. Quiero que engorde mucho y dentro de unas semanas me lo comeré. Como no obedezcas, tú correrás la misma suerte.

La pobre niña tuvo que hacer lo que la bruja cruel le obligaba. Cada día, con el corazón en un puño, le llevaba ricos manjares a su hermano Hansel. La bruja, por las noches, se acercaba a la celda a ver al niño para comprobar si había ganado peso.

– Saca la mano por la reja – le decía para ver si su brazo estaba más gordito.

El avispado Hansel  sacaba un hueso de pollo en vez de su brazo a través de los barrotes.  La bruja, que era corta de vista y con la oscuridad no distinguía nada, tocaba el hueso y se quejaba de que seguía siendo un niño flaco y sin carnes.  Durante semanas consiguió engañarla, pero un día la vieja se hartó.

– ¡Tu hermano no engorda y ya me he cansado de esperar! – le dijo a Gretel –. Prepara el horno, que hoy me lo voy a comer.

La niña, muerta de miedo, le dijo que no sabía cómo se encendían las brasas. La bruja se acercó al horno con una enorme antorcha.

– ¡Serás inútil! – se quejó la malvada mujer mientras se agachaba frente al horno –. ¡Tendré que hacerlo yo!

La vieja metió la antorcha dentro del horno y cuando comenzó a crepitar el fuego, Gretel se armó de valor y de una patada la empujó dentro y cerró la puerta. Los gritos de espanto no conmovieron a la chiquilla; cogió las llaves de la celda y liberó a su hermano.

Fuera de peligro, los dos recorrieron la casa y encontraron un cajón donde había valiosas joyas y piedras preciosas. Se llenaron los bolsillos y huyeron de allí. Se adentraron en el bosque de nuevo y la suerte quiso que encontraran fácilmente el camino que llevaba a su casa, guiándose por el brillante sol que lucía esa mañana.

A lo lejos distinguieron a su padre sentado en el jardín, con la mirada perdida por la tristeza de no tener a sus hijos. Cuando les vio aparecer, fue corriendo a abrazarles.  Les contó que cada día sin ellos se había sido un infierno y que su madrastra ya no vivía allí. Estaba muy arrepentido. Hansel y Gretel supieron perdonarle y le dieron las valiosas joyas que habían encontrado en la casita de chocolate.

¡Jamás volvieron a ser pobres y los tres vivieron muy felices y unidos para siempre!

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Hansel y Gretel

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Más sobre este cuento

Si te gusta el cuento de Hansel y Gretel, echa un vistazo a nuestro recopilatorio de cuentos muy cortos, la mayor biblioteca de cuentos gratuita de Internet.

El cuento de Hansel y Gretel es una de las historias de la literatura infantil que todos conocemos gracias a los hermanos Grimm.

Las aventuras de estos dos hermanos cuenta con las características tradicionales de un cuento de hadas clásico y es una de las más conocidas dentro de la literatura infantil tradicional. Ha sido adaptada en muchas ocasiones, llegando incluso a ser una importante ópera en el siglo XIX, dirigida por el compositor Richard Strauss y aclamada por el público.

En algunos países de habla hispana, los nombres de los personajes se modificó antes de publicar el cuento, por ejemplo, en algunas ediciones antiguas españolas podemos encontrar que los protagonistas son dos hermanos llamados Pedro y Margarita.

Cuento de Hansel y Gretel

¿Quién es el autor del cuento de Hansel y Gretel?

 

Este cuento de Hansel y Gretel es mundialmente conocido gracias a que los hermanos Grimm adaptaron esta historia tradicional alemana

y la publicaron en un recopilatorio de cuentos en el año 1.812. En Mundo Primaria hemos adaptado y revisado la historia original para que pueda ser comprendida por niños de hoy en día, además del texto encontrarás otros formatos para disfrutar esta genial historia como el audiocuento o en libro interactivo.

¿Cuál es la historia de Hansel y Gretel?

El cuento de Hansel y Gretel original poco tiene que ver con lo que todos recordamos, la historia en si ya parte de un acto terriblemente cruel por parte de la madre/madrastra que decide abandonar a los niños en el bosque, donde encontraran una casa de dulces, a modo de cebo en la que una malvada bruja quiere cocinarlos vivos…

Si el relato “adaptado” ya es un poco escalofriante, la historia original de Hansel y Gretel es aún más macabra.

Esta historia tradicional alemana tiene su origen en el medievo, como en otros cuentos está presente el bosque como sinónimo de peligro y la falta de alimento, motivo por el que muchos niños eran abandonados a su suerte en aquella época.

Autor del cuento de Hansel y Gretel

La esencia del cuento original se centra en el hambre, la crueldad y la desesperación de los niños por volver a un hogar del que han sido expulsados, pudiendo encontrar detalles bastante abruptos que han sido rebajados con el tiempo y las diferentes adaptaciones hasta llegar a la versión moderna que podemos leer a día de hoy.

Adaptaciones del cuento de Hansel y Gretel

Aunque en su primera publicación los hermanos Grimm trataron de hacer una obra menos cruda, no pasaron por alto detalles como que la madre o la madrastra abandona a niños de corta edad en el bosque, o que la bruja trata de cocinarlos vivos… Poco a poco estos detalles se han ido omitiendo o modificando, por ejemplo en algunas versiones actuales los niños no son abandonados, si no que se pierden en el bosque.

 

Este cuento de Hansel y Gretel se ha adaptado en diferentes formatos, destacando por encima la ópera como una de las mejores adaptaciones de esta historia, aunque también se ha llevado al cine, no con el mismo acierto.

Hansel y Gretel la ópera

Hansel y Gretel ópera niños

Esta ópera se estrenó a finales del siglo XIX (23 de diciembre de 1893) en Weimar, una ciudad alemana de importante tradición cultural.

La obra compuesta por Engelbert Humperdinck (asistente de Richard Wagner) y su hermana fue un éxito desde su estreno, llegando a ser dirigida por compositores y directores de gran prestigio como el compositor Richard Strauss.

Esta representación está compuesta por tres actos y once escenas y se sigue viendo en los escenarios de todo el mundo, principalmente en las fechas cercanas a Navidad.

Destaca también la calidad musical de la obra siendo una ópera muy rica en cuanto a la composición de la orquesta y a la calidad de grabaciones que podemos encontrar a día de hoy en discos y grabaciones en directo.

Hansel y Gretel en el cine

Hansel y Gretel cuento corto

El cuento de Hansel y Gretel original se adaptó en diferentes ocasiones al cine de animación, podemos encontrar varias películas de dibujos que narran la historia de los dos hermanos, incluso en diferentes series de dibujos se ha hecho algún capítulo donde se narra la historia de Hansel y Gretel protagonizada por los personajes de la serie en cuestión.

La versión moderna de esta historia llega en 2013 con una producción basada en el cuento pero como una posible continuación a la historia original en la que los protagonistas están en la edad adulta, la adaptación moderna no recibió por lo general críticas muy positivas.